¡Gusto en conocerte!

Desde que tengo memoria, he visto y escuchado cosas que otros no podían. De niña, era común para mí conversar con personas que ya no estaban en este plano… aunque para mí, estaban tan presentes como cualquiera. Al principio fue confuso (nadie te enseña a vivir con eso), pero durante años intenté darle un sentido convencional. Busqué fuera, pero pronto me di cuenta de una verdad fundamental: mi maestría no vendría de libros ni de teorías ajenas. De hecho, he evitado deliberadamente esa ruta.

Entendí que mi conexión era una línea directa, y cualquier filtro externo (cualquier dogma o método aprendido de otros) solo debilitaría la pureza de la señal. Mi camino no era estudiar lo que otros hacían, sino perfeccionar mi propia y única forma de escuchar.

Soy diferente, y mi método también lo es. Una sesión conmigo no sigue un guion. No hay rituales ni estructuras forzadas. Es una conversación cruda, fluida y sin filtros. Entre tú, la sabiduría inmensa de tu propia alma y la presencia inconfundible de tu linaje.

Mi camino como médium se volvió claro cuando elegí hacerlo desde un lugar de alegría, cercanía y amor, lejos del miedo o el estigma. Quise que cada sesión se sintiera como un encuentro cálido, humano y lleno de luz. Porque sí, hablar con quienes ya partieron puede ser profundo… ¡pero también puede ser hermoso, reconfortante y hasta lleno de humor y ternura!

Por eso, lo que ofrezco no es la sesión de mediumnidad que conoces. Es una intervención precisa para tu evolución. Es la oportunidad de tener, finalmente, esa conversación pendiente que necesitas para cerrar un ciclo. Es el espacio donde recibes respuestas directas, no metáforas ambiguas, y donde la perspectiva que obtienes es tan radicalmente nueva que transforma el luto en paz y el trauma en fortaleza.

Lo que más me apasiona de lo que hago es ver el cambio en las personas. Ese brillo en los ojos, esa paz que llega cuando reciben el mensaje que necesitaban. No hay sesión que no me emocione. Ser el puente entre dos mundos y acompañar a las personas en ese momento tan especial es un privilegio. Y dentro de esa alegría, mi compromiso más solemne es ser la guardiana de tu energía y de tu historia. El único filtro que existe aquí es el de tu protección. Lo que compartes conmigo, se queda conmigo. Siempre.

Esto no es solo mi trabajo, es mi propósito… y lo vivo con alegría, entrega y muchísima gratitud.

Hasta tu nuevo yo,